domingo, 14 de febrero de 2010

CINCUENTA AÑOS DE SERVICIO INTELECTUAL

CINCUENTA AÑOS DE SERVICIO INTELECTUAL


El convento de los PP. Dominicos de S. Pedro Mártir de Madrid, ubicado en el moderno barrio madrileño Sanchinarro, ha cumplido cincuenta años de existencia institucional. En septiembre de 1958 llegamos aquí más de un centenar de jóvenes estudiantes y un nutrido equipo de profesores como piedras angulares de los Institutos Pontificios de Filosofía y Teología Agregados a la Universidad de santo Tomás de Manila, fundada y regida por los dominicos desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Como antecedentes inmediatos de estos Institutos es obligado recordar el Estudio General constituido en Ocaña, Toledo (1830-1905), Ávila (1905-1958), Ávila-Madrid (1958-1968) y, definitivamente, desde 1968, en Madrid. Ambos Institutos fueron agregados a las respectivas Facultades de Filosofía y Teología de la Universidad de santo Tomás de Manila con capacidad para conferir los títulos de Bachillerato y Licenciatura en filosofía y teología. Los estudios se realizaban en Madrid pero los títulos académicos los otorgaba la Universidad de santo Tomás de Manila. Durante algún tiempo el Licenciado en Filosofía fue reconocido por el Estado español con relativa facilidad. Los Institutos fueron creados abiertos a estudiantes eclesiásticos y laicos pero, de hecho, hasta muy tarde sólo fueron admitidos estudiantes de la Orden dominicana. ¿Por qué y quiénes impusieron esta chocante restricción canónicamente inexistente?
El 19 de mayo de 1989 la Congregación para la Educación Católica aprobó de forma definitiva los Estatutos de los Institutos, adaptados a las normas del Vaticano II, pero los tiempos y las personas habían cambiado mucho y tan generosa aprobación resultó ser demasiado arroz para poco pollo. Entre los diversos proyectos que surgieron durante los mejores tiempos de los Institutos cabe recordar la idea de pilotar desde Madrid la creación de una nueva Universidad en España regida por los Dominicos. Tampoco se descartó la idea de crear un puente histórico cultural con Filipinas con el apoyo de un grupo de académicos de la Universidad Complutense de Madrid. En este posible proyecto había incluso intereses políticos nada despreciables. Pero, insisto, las personas y las circunstancias cambiaron mucho en poco tiempo y, en consecuencia, la marcha y el futuro de los Institutos de Filosofía y Teología cambiaron también.
Como eco de estos cincuenta años de servicio intelectual cabe recordar las realidades siguientes en plena vigencia. En primer lugar, 49 gruesos volúmenes de la revista Studium en la que los profesores de los Institutos han pasado revista a los temas más candentes de la vida intelectual surgidos durante los últimos cincuenta años. Esta revista de filosofía y teología, órgano oficial de los Institutos, en su conjunto, es una joya intelectual que puede ser consultada satisfactoriamente por los intelectuales más serios. Con la revista Studium se encuentra la Biblioteca, calificada de gran interés por expertos independientes en razón del número de volúmenes que alberga y la especialidad de la misma en el contexto de la reflexión filosófico-teológica y algunos siglos de nuestra historia.
Como actualización de la antigua especialidad en Misionología del Instituto de Teología han surgido los cursos de Predicación y Comunicación, de acuerdo con las nuevas tecnologías de la comunicación aplicadas a la predicación oral y escrita del Evangelio en nuestro tiempo. Por otra parte, la bellísima iglesia del convento, vanguardista a escala internacional en arquitectura religiosa moderna, presta también servicios parroquiales. En este contexto han surgido la Escuela de Teología para Laicos y los cursos de Catequesis por los que pasan centenares de niños al año. Estos niños invaden ahora felices los espacios que otrora ocupábamos los estudiantes de filosofía y teología. Cabe pensar con fundamento que su paso feliz por esta casa durante la infancia será una reserva de energía moral de gran valor para afrontar los problemas de la vida que les esperan. A todo esto hay que sumar el servicio de predicación escrita y académica de los frailes de la comunidad en centros e instituciones en España y en el extranjero.
Los cincuenta años de servicio intelectual protagonizados desde esta bella casa dominicana de S. Pedro Mártir en Madrid han sido fascinantes y constituyen un capítulo de la historia dominicana y de la ciudad de Madrid que está por escribir. En cualquier caso, se escriba o no la interesante historia de ésta casa, mi ilusión es que una nueva generación de jóvenes inquietos, como aquellos que hace cincuenta años la pusimos en marcha, tomara cuanto antes la antorcha del futuro para que el noble quehacer de la predicación intelectual y académica salga una vez más al paso de las frivolidades históricas que impiden el acceso a la felicidad en este mundo y la esperanza más allá del tiempo y del espacio. Niceto Blázquez, O.P.

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